Los rebeldes prorrusos en el este de Ucrania tomaron control el domingo de los cadáveres recuperados de entre los restos del Vuelo 17 de Malaysia Airlines y los líderes de Estados Unidos y naciones europeas demandaron al presidente ruso Vladimir Putin garantías de que los rebeldes darán a los investigadores internacionales pleno acceso al lugar donde el aparato fue derribado.
El secretario de estado norteamericano, John Kerry, culpó a los separatistas en Ucrania de haber derribado el avión y dijo que había “pruebas circunstanciales sobresalientes” de que Rusia casi seguramente fue cómplice de armar a los rebeldes. “Hay una cantidad de evidencias de las que Rusia debe dar cuenta. No estamos extrayendo conclusiones definitivas, pero hay mucho que apunta a la responsabilidad de Rusia”, dijo Kerry a la NBC.
La pregunta clave de quién controló la recolección de pruebas en el lugar del hecho dominó los titulares. Los monitores internacionales dijeron que los rebeldes armados han limitado el acceso al lugar y las autoridades ucranianas denunciaron que los rebeldes se llevaron los cadáveres por la fuerza.
Ucrania y los separatistas se acusan mutuamente de haber disparado un misil el jueves al avión malasio que volaba de Ámsterdam a Kuala Lumpur a unos 10.000 metros de altura sobre el este de Ucrania. Ambas partes lo niegan. Todas las personas a bordo, 283 pasajeros y 15 tripulantes, murieron.
La indignación internacional por el modo en que se manipulaban los cadáveres de las víctimas se sumó al temor de que los rebeldes prorrusos estén manipulando también las pruebas.
El líder rebelde Alexander Borodai, de Donetsk, dijo que los cuerpos quedarán en cuatro vagones de tren refrigerados en la ciudad de Torrez ocupada por los rebeldes a 15 kilómetros del lugar donde cayó el avión, hasta que llegue una delegación internacional.
“Los cadáveres no irán a ningún sitio hasta que lleguen los expertos”, dijo Borodai en la ciudad de Donetsk, en manos de los rebeldes.
Agregó que las cajas negras del avión han sido recuperadas y que serán entregadas a la Organización Internacional de Aviación Civil. Borodai dijo que esperaba un equipo de 12 expertos malasios y manifestó decepción por su tardanza.
Agregó que los rebeldes prorrusos no interfirieron con la investigación, pese a informes en contrario de monitores internacionales y periodistas en el lugar. Mientras tanto, las autoridades ucranianas instalaban un centro de crisis en la ciudad de Jarkov a la espera de recibir los cadáveres, aunque esas esperanzas parecían frustradas el domingo.
El viceprimer ministro Volodimir Groisman dijo que 192 cadáveres y ocho trozos de restos humanos fueron cargados en los trenes. Los líderes de Francia, Alemania y Gran Bretaña emitieron una declaración en la que demandan a Putin garantías de que los separatistas prorrusos darán pleno acceso a los investigadores. La embajada estadounidense en Kiev dijo el domingo en una declaración que “el Vuelo MH17 probablemente fue derribado por un misil SA-11 tierra-aire desde el territorio controlado por los separatistas en el este de Ucrania”.
Agregó que el fin de semana del 11 y 12 de julio, “Rusia envió un convoy con equipos militares de hasta 150 vehículos, incluso tanques, vehículos blindados de personas, artillería y varios lanzacohetes” a los separatistas y afirma que Rusia entrenaba a separatistas en el sur de Rusia, incluso en sistemas de defensa aérea.
The Associated Press vio el jueves un lanzamisiles Buk en territorio rebelde cerca del lugar del siniestro, apenas unas horas antes de que el avión fuera derribado. Los rebeldes han limitado estrictamente los movimientos de monitores internacionales y periodistas en el lugar donde cayó el avión, cerca de la frontera rusa. Associated Press vio el sábado cuerpos en descomposición cociéndose al calor del verano austral, amontonados en bolsas para cadáveres a un lado de la carretera o aún tirados donde habían caído.
El secretario de estado norteamericano, John Kerry, culpó a los separatistas en Ucrania de haber derribado el avión y dijo que había “pruebas circunstanciales sobresalientes” de que Rusia casi seguramente fue cómplice de armar a los rebeldes. “Hay una cantidad de evidencias de las que Rusia debe dar cuenta. No estamos extrayendo conclusiones definitivas, pero hay mucho que apunta a la responsabilidad de Rusia”, dijo Kerry a la NBC.
La pregunta clave de quién controló la recolección de pruebas en el lugar del hecho dominó los titulares. Los monitores internacionales dijeron que los rebeldes armados han limitado el acceso al lugar y las autoridades ucranianas denunciaron que los rebeldes se llevaron los cadáveres por la fuerza.
Ucrania y los separatistas se acusan mutuamente de haber disparado un misil el jueves al avión malasio que volaba de Ámsterdam a Kuala Lumpur a unos 10.000 metros de altura sobre el este de Ucrania. Ambas partes lo niegan. Todas las personas a bordo, 283 pasajeros y 15 tripulantes, murieron.
La indignación internacional por el modo en que se manipulaban los cadáveres de las víctimas se sumó al temor de que los rebeldes prorrusos estén manipulando también las pruebas.
El líder rebelde Alexander Borodai, de Donetsk, dijo que los cuerpos quedarán en cuatro vagones de tren refrigerados en la ciudad de Torrez ocupada por los rebeldes a 15 kilómetros del lugar donde cayó el avión, hasta que llegue una delegación internacional.
“Los cadáveres no irán a ningún sitio hasta que lleguen los expertos”, dijo Borodai en la ciudad de Donetsk, en manos de los rebeldes.
Agregó que las cajas negras del avión han sido recuperadas y que serán entregadas a la Organización Internacional de Aviación Civil. Borodai dijo que esperaba un equipo de 12 expertos malasios y manifestó decepción por su tardanza.
Agregó que los rebeldes prorrusos no interfirieron con la investigación, pese a informes en contrario de monitores internacionales y periodistas en el lugar. Mientras tanto, las autoridades ucranianas instalaban un centro de crisis en la ciudad de Jarkov a la espera de recibir los cadáveres, aunque esas esperanzas parecían frustradas el domingo.
El viceprimer ministro Volodimir Groisman dijo que 192 cadáveres y ocho trozos de restos humanos fueron cargados en los trenes. Los líderes de Francia, Alemania y Gran Bretaña emitieron una declaración en la que demandan a Putin garantías de que los separatistas prorrusos darán pleno acceso a los investigadores. La embajada estadounidense en Kiev dijo el domingo en una declaración que “el Vuelo MH17 probablemente fue derribado por un misil SA-11 tierra-aire desde el territorio controlado por los separatistas en el este de Ucrania”.
Agregó que el fin de semana del 11 y 12 de julio, “Rusia envió un convoy con equipos militares de hasta 150 vehículos, incluso tanques, vehículos blindados de personas, artillería y varios lanzacohetes” a los separatistas y afirma que Rusia entrenaba a separatistas en el sur de Rusia, incluso en sistemas de defensa aérea.
The Associated Press vio el jueves un lanzamisiles Buk en territorio rebelde cerca del lugar del siniestro, apenas unas horas antes de que el avión fuera derribado. Los rebeldes han limitado estrictamente los movimientos de monitores internacionales y periodistas en el lugar donde cayó el avión, cerca de la frontera rusa. Associated Press vio el sábado cuerpos en descomposición cociéndose al calor del verano austral, amontonados en bolsas para cadáveres a un lado de la carretera o aún tirados donde habían caído.
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