Nada más tomar asiento en la biblioteca privada del papa, donde los Reyes se reunieron con él a solas durante 40 minutos, el monarca explicó al pontífice cómo el proceso seguido en España para el relevo en la
Corona, tras la abdicación de su padre, había sido “muy intenso”, aunque él lo ha vivido “tranquilo”.
Minutos antes, en la antesala, se había producido el primer encuentro y también las primeras bromas, al dirigirse Felipe VI al Papa para preguntarle “¿Los monaguillos delante?”, en alusión a la reciente visita al Vaticano de los reyes Juan Carlos y Sofía, cuando el pontífice, con esta expresión, les invitó a pasar antes que él.
“Así es, ¿se lo contó su padre?”, contestó, divertido, el papa, antes de ceder el paso a Felipe VI y a la reina Letizia.
El ambiente distendido no alteró el protocolo y, en la bienvenida, el rey, vestido con traje y corbata azul oscuro, saludó al papa con la habitual leve inclinación del cuerpo, mientras la reina Letizia hizo el gesto de besar su anillo con la tradicional reverencia de rodilla casi en tierra y se acogió a la dispensa papal que otorga a las reinas católicas el privilegio de vestir de blanco en una audiencia con el pontífice.
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