Más de dos mil años después de que el científico diera sus últimos pasos, la curiosidad sigue moviendo montañas. Y en este caso ha llevado a un grupo de alumnos de la Academia Giles, en Lincolnshire, Reino Unido, a lanzar una misión espacial de dos horas y media para ver qué se mueve allá arriba. Para ello, han enganchado un teléfono móvil, un ordenador de abordo y un GPS a un globo de helio.
«Siempre hago este tipo de locuras, una vez corrí sobre un flan», ha dicho a «Sky News» Andrew Castley, el profesor de ciencias que ha tenido la idea. Después de dos años de preparación técnica y para conseguir los fondos necesarios, los alumnos bajo su tutela han conseguido echar un vistazo al espacio.
El plan no fue del todo bien al principio, porque el globo se enganchó en un árbol después del despegue. Pero a la segunda fue la vencida. Entonces, el globo subió hasta unos 29 kilómetros de altura, tanto que en el vídeo se puede apreciar la curvatura de la Tierra y la oscuridad del espacio. Cuando el calor hizo estallar el globo de helio, solo un paracaidas evitó una caída de récord.
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